Dime en qué crees y te diré qué sueñas.

Desde el momento en que jugarse los cuartos (propios y ajenos) para montar tu propio negocio se empezó a denominar “emprender” y a los locos que se la jugaban “emprendedores”, apareció una nueva motivación que iba mucho más allá del poder lucrativo: tener un sueño y ser un soñador “dreamer”. 

Son muchas las personas que no encontramos en nuestro interior (y mira que le damos vueltas), ese sueño loco que nos tendría que impulsar hacia la creación de un proyecto que ayudara a que se hiciera realidad ese sueño. Eso sí, el sueño, cuanto más loco y gigante mejor “dream big”, soñar en tener una cabaña en una isla del Caribe no sirve. El sueño tiene que ir más allá de nuestro propio bienestar o beneficio, tiene que inplicar una mejora para la sociedad o el mundo en general; aunque en el caso de Richard Branson, no tengo muy claro cuál es el beneficio planetario de mandar millonarios al espacio…me pierdo. 

Bueno, pues si sigues sin encontrar cuál es tu sueño que ayude a cambiar el mundo a mejor, una buena ruta de búsqueda sería sustituir el sueño por creencia

Son muchas las creencias que desde pequeños nos inculcan nuestros padres, nuestra cultura, nuestro entorno en general pero siempre hay algunas que sobresalen del resto, aquellas por las que podríamos discutir y defender hasta perder el orden. Pues bien, esa creencia es sobre la que se basan los sueños, los proyectos grandes que nos trascienden. 

Y ahora pensaréis, ¿cuál es la creencia de Richard Branson que le llevó a ir al espacio?. Pues no tengo ni idea pero por lanzar suposiciones, una podría ser haber creído de niño que, según el lugar en el que nazcas, no mereces soñar en grande y pensarlo mientras veía a los astronautas pisar la luna. Muchas veces, una creencia limitante puede darnos la energía necesaria para sacar un proyecto adelante, esto es como cuando canalizamos la mala leche contra alguien para demostrarle de lo que sí somos capaces.

Y aquí es donde pones objetivo y acción buscando a otras personas que compartan esa misma creencia con nosotros y que vayan a remar en nuestro mismo bote y en la misma dirección. 

Un loco solo, es un loco, pero si consigue reclutar a otros locos, es un soñador. 


Como Richard Branson en su primer lanzamiento al espacio el pasado día 11 de Julio, en un vuelo de su compañía Virgin Atlantic, haciendo realidad su sueño de niño:

“Now, I’m an adult in a spaceship with lots of other wonderful adults looking down to our beautiful, beautiful earth. If we can do this, just imagine what you can do!”_Richard Branson

“Soy un adulto en una nave con un montón de otros adultos mirando hacia bajo nuestra preciosa tierra. Si nosotros podemos hacerlo, ¡imagínate aquello que tú puedes hacer!”

Cristina Morenete