De "vocación", no siempre se nace

No todos nacemos con una vocación debajo del brazo, o quizás sí pero no sabemos dónde ni cómo encontrarla.

De saque, tomamos rumbos profesionales que pueden haber sido motivados por nuestra situación familiar, la profesión de nuestros padres, algún tipo de legado familiar, o simplemente por llevar la contraria, por pura rebeldía.

Muchos hemos tenido la suerte (en algún momento nos parecía una desgracia) de haber seguido distintos caminos a lo largo de este viaje profesional que nos ha ayudado a ir encontrando cuál era esa vocación. Quizás no estaba escondida, sino que para encontrarla había que seguir el camino como en un juego de pistas.

Creo mucho en la prueba y error, en todo lo que te vas llevando al saco de la experiencia y conocimiento por cada paso que das y como todo ello va tomando forma y sentido cuando miras hacia atrás desde la distancia.

Estamos entrenados para mirar siempre hacia delante, el futuro es la ilusión. Pero para poder ver hacia delante con claridad, hay que tomarse el tiempo para echar la mirada atrás, ver todo el camino que llevamos andado, todo aquello que nos ha ocurrido y que, nos guste más o menos, nos ha hecho crecer y ser quien somos hoy.

Algunos son de líneas rectas, a otros les van más las curvas y también hay los que disfrutan subiendo montañas...y tú?

Cristina Morenete